Reconoce que el estrés es bueno¡Haz que el estrés sea tu amigo! Basado en la respuesta natural del cuerpo de «luchar o huir», esa ráfaga de energía mejorará tu desempeño en el momento adecuado.
Evita a los contagiadores de estrés. Las personas estresadas transmiten el estrés indiscriminadamente. Protégete reconociendo el estrés en los demás y limitando tu contacto con ellos.
Aprende de los mejores. Observa quiénes mantienen la calma cuando los demás pierden la cabeza. Aprende de sus actitudes y comportamientos. Practica respiraciones socialmente aceptables. Puedes engañar a tu cuerpo para relajarlo usando una respiración profunda. Inhala lentamente durante 7 segundos, exhala durante 11 segundos. Repite hasta que tu ritmo cardíaco se desacelere.
Detén los pensamientos estresantes
Detén los «trenes del pensamiento» estresantes. La mayoría de estas cosas nunca suceden, ¿por qué desperdiciar energía preocupándote?
Identifica tus puntos de gatillo. Reconoce cuáles son tus momentos o situaciones más estresantes. Ser consciente de estos «puntos de gatillo» te permite tomar medidas para reducir el estrés.Mantén un balance saludable.La falta de sueño, la mala alimentación y la falta de ejercicio pueden empeorar el estrés. ¡Escucha a tu madre y no te quemes por los dos extremos!