Existen dos tipos principales de vitaminas: las vitaminas hidrosolubles y las liposolubles. La capacidad del cuerpo para almacenar las vitaminas que se obtienen de los alimentos depende del tipo de vitamina.
Tipos de vitaminas y su almacenamiento
Vitaminas Hidrosolubles: ¿Por qué son difíciles de almacenar? Las vitaminas hidrosolubles, como las ocho del grupo B y la vitamina C, no se almacenan en el organismo, lo que significa que es necesario reponer su ingesta diariamente.
¿Cómo proteger las vitaminas hidrosolubles?
No solo el cuerpo no puede almacenar las vitaminas hidrosolubles, sino que estas son fácilmente destruidas por un almacenamiento, manipulación o cocción inadecuados. Por ejemplo, hervir en exceso las verduras puede eliminar estas vitaminas, ya que se «lavan» en el agua. Sin embargo, una cocción ligera o al vapor puede ayudar a conservarlas. Utilizar el agua de cocción para salsas y guisos también es una buena estrategia para no desperdiciar estos nutrientes esenciales.
Vitaminas Liposolubles: Almacenamiento eficiente
A diferencia de las hidrosolubles, el cuerpo sí puede almacenar las vitaminas liposolubles, que incluyen las vitaminas A, D, E y K. Estas se almacenan en las células grasosas, permitiendo que el cuerpo las utilice cuando sea necesario, lo que significa que no es necesario consumirlas con tanta frecuencia.
Almacenamiento de suplementos vitamínicos
Es crucial almacenar los suplementos vitamínicos de manera adecuada para preservar sus cualidades beneficiosas. La mejor manera de hacerlo es en un recipiente con tapa de rosca y en un lugar seco. Además, es fundamental revisar la fecha de caducidad, ya que el contenido vitamínico de los suplementos no puede garantizarse si se utilizan después de esa fecha.